Desde pequeños soñamos con lo que más nos emociona,
soñamos con ser grandes: grandes astronautas, pilotos, científicos, médicos, artistas… enormes futbolistas.
Con el paso del tiempo, la vida nos enseña que para cumplir ese sueño se necesita mucho talento, esfuerzo, disciplina y constancia. Puede que no comprendamos del todo el significado, pero sabemos que debemos tomarnos las cosas en serio.
Así es el fútbol, se puede jugar por diversión o por pasión, entendiendo que el talento es importante, pero por sí solo no basta. Necesitas esfuerzo para avanzar, disciplina para permanecer y perseverancia para sobresalir.
Y de repente te das cuenta de que este camino es como un edificio. Necesitas planos para entender las direcciones, los mejores materiales y estructura para crear una construcción sólida, y los mejores arquitectos para crear un jugador inteligente, fuerte y resistente que pueda soportar todos los desafíos que estás a punto de enfrentar: Tormentas de autoestima, demanda huracanes, terremotos de agotamiento y mucho más.
Estamos convencidos que el juego de la vida se gana desde los cimientos. Esas bases que hacen jugadores sólidos, completos y competitivos porque los desarrollamos integralmente para que en lugar de apuntar a las estrellas, se conviertan en una de ellas.
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